
Irán se convirtió en el obstáculo de un acuerdo de potencias petroleras para encontrarle una solución a la caída del precio del barril, situación que pone en jaque las economías de estas naciones, basadas en las exportaciones de crudo.
Arabia Saudita, Venezuela, Qatar (integrantes de la OPEP) y Rusia acordaron este martes en Doha congelar su producción petrolera para sostener el precio del barril, que se ubica en torno a los US$34. La novedad hizo rebotar la cotización del crudo, llevándola rápidamente hasta los US$35.
Pero la negativa de Irán a sumarse a esta iniciativa hizo que el precio internacional comenzara a retroceder nuevamente. Es que el éxito de lo acordado en Doha dependía de la adhesión de otros países.
"Lo que es importantes es que primero, el mercado está enfrentando un superávit, y segundo, que Irán no cederá su cuota", dijo el ministro de Petróleo de Irán, Bijan Zanganeh.
Sin embargo, 2 fuentes iraníes dijeron a la agencia Reuters que se podrían ofrecer términos especiales a Irán como parte del acuerdo de congelamiento de producción. "Irán está regresando al mercado y se le debe dar una oportunidad especial", dijo una fuente.
Al mismo tiempo, la estatal venezolana PDVSA informó en Caracas que el ministro de Petróleo de Venezuela, Eulogio del Pino, se reunirá el miércoles en Teherán con funcionarios de Irán e Irak para discutir el acuerdo para congelar el bombeo de crudo.
"Mañana tendremos un encuentro y espero que el ministro de Qatar me acompañe para discutir con ellos sobre la base de este acuerdo", añadió el ministro venezolano. Fuentes del mercado han asegurado que Irak estaría listo para congelar la producción, mientras que Irán se negará a abandonar su cuota de mercado.
Irán, miembro de la OPEP y archirrival de Arabia Saudita, ha prometido aumentar con fuerza su producción en los próximos meses, buscando recuperar la cuota de mercado perdida tras años de sanciones internacionales, que fueron levantadas en enero.
Los precios del petróleo han caído a su nivel más bajo en más de una década en el último año debido al auge de los suministros de USA y a la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de elevar sus exportaciones.
En cuanto a los países, Arabia Saudita ya habría avanzado que recortaría la producción sólo si otros países no miembros de la OPEP se unen. Rusia, el mayor productor del mundo, se ha negado a cooperar bajo el argumento de que su industria es competitiva a cualquier precio y que técnicamente es problemático reducir la producción.
Esas posiciones comenzaron a suavizarse después de que en enero los precios del petróleo se derrumbasen hasta por debajo de los US$30 por barril, una fracción de lo que Rusia necesita para equilibrar su presupuesto en la cercanía de las elecciones parlamentarias de finales de este año.